Si bien no siempre son una solución permanente, la radiofrecuencia es un procedimiento seguro y efectivo para preocupaciones anti-envejecimiento como arrugas y piel suelta o caída, así como para reducir depósitos localizados de grasa. El tratamiento de radiofrecuencia ha sido aprobado por la FDA desde 2002 y ha seguido siendo una opción popular para el tensado de la piel sin cirugía y la escultura corporal.³

La buena noticia es que la actividad biológica en la piel estimulada por la radiofrecuencia es bastante duradera. Por ejemplo, un tratamiento de tensado de la piel con radiofrecuencia durará de seis meses a un año o más dependiendo de la respuesta individual y el estilo de vida del paciente después del procedimiento. Dependiendo del dispositivo de radiofrecuencia utilizado y los objetivos del paciente, puede recomendarse tratamientos adicionales cada seis meses o una vez al año.

Los procesos biológicos del cuerpo son continuos y, como tal, ningún tratamiento estético es verdaderamente permanente. Incluso los tratamientos de radiofrecuencia que destruyen las células de grasa no evitan que otras células de grasa se expandan y depositen más grasa en la misma ubicación. Por eso es tan importante el cuidado posterior al tratamiento para extraer el máximo beneficio de un tratamiento de radiofrecuencia.

La radiofrecuencia ha sido considerada segura y efectiva por la FDA y está autorizada para su uso en el tensado de la piel y para el tratamiento de arrugas en la piel. El uso de energía de radiofrecuencia en medicina se remonta a la década de 1920 y ha habido muchos estudios clínicos que respaldan su aplicación para una variedad de propósitos. Los dispositivos de radiofrecuencia utilizados en estética están altamente controlados y las tecnologías con autorización de la FDA permiten al profesional monitorear y controlar la profundidad y los niveles de calor durante el tratamiento para lograr resultados de tensado de la piel sin cirugía sin sobrecalentamiento.⁴

La radiofrecuencia produce una corriente eléctrica oscilante que induce colisiones entre iones y moléculas dentro de una célula de grasa, creando una alta fricción que se convierte en calor. A medida que las ondas de radiofrecuencia continúan bañando el tejido adiposo, la temperatura aumenta, alcanzando eventualmente una temperatura (112-113℉ o 44-45℃) que causa lipólisis, o la destrucción de la célula de grasa. Algunas células de grasa se destruyen instantáneamente, mientras que otras mueren en unas pocas semanas, pero todas las células de grasa destruidas son eventualmente eliminadas del cuerpo por el sistema linfático. Esta es una de las razones por las que los efectos completos de un tratamiento de radiofrecuencia pueden tardar unos meses en expresarse completamente en el cuerpo. Es importante tener en cuenta que no todas las máquinas de radiofrecuencia están diseñadas para destruir las células de grasa y muchos procedimientos de tensado de la piel con radiofrecuencia monitorean la ubicación y la temperatura de la energía para evitar la pérdida no deseada de grasa.

Una razón por la que la radiofrecuencia se ha vuelto tan popular es que ofrece resultados impresionantes de tensado y rejuvenecimiento de la piel con muy poca recuperación post-procedimiento cuando se realiza correctamente. Algunos pacientes pueden experimentar enrojecimiento, hinchazón y/o hormigueo leve, pero estos efectos secundarios suelen ser mínimos y de corta duración. La baja incidencia de efectos secundarios después de un tratamiento de tensado de la piel con radiofrecuencia lo convierte en un procedimiento popular para realizar en conjunto con otras modalidades como la microneedling o los inyectables.⁵

La radiofrecuencia genera una cantidad considerable de calor interno, necesario para estimular la producción de nuevo colágeno y elastina. Pero este calor interno creará más sensibilidad a los desencadenantes de la inflamación. Después de un tratamiento de radiofrecuencia es importante evitar ambientes inductores de calor (saunas, baños de vapor, duchas calientes) o actividades (tomar el sol, entrenamientos de alta intensidad). También es útil evitar el alcohol y otras sustancias que crean más tensión en el hígado, que ya está sobrecargado con la descomposición de la grasa desactivada del tratamiento de radiofrecuencia.

Aunque la radiofrecuencia es no invasiva y no requiere tiempo de inactividad, genera cantidades significativas de actividad interna y enrojecimiento en la piel. A diferencia de algunos láseres, un tratamiento de radiofrecuencia no afecta la capa superior de la piel, por lo tanto, ducharse el día del tratamiento está permitido. Sin embargo, para mejorar el enrojecimiento en la piel, es importante evitar todos los ambientes calurosos como saunas, baños de vapor o duchas con agua caliente. Para acelerar la recuperación de la radiofrecuencia, se recomienda usar limpiadores suaves que no afecten la barrera o eliminen los lípidos esenciales que se encuentran en la superficie de la piel.

Realizada correctamente, la radiofrecuencia no causa hiperpigmentación en la piel, ya que la energía de radiofrecuencia llega a niveles profundos de la piel evitando la activación de los melanocitos. De hecho, los procedimientos de radiofrecuencia con microneedling son útiles para levantar el pigmento y corregir trastornos anormales del pigmento. La capacidad de los tonos de piel más oscuros para someterse con éxito a un tratamiento de radiofrecuencia distingue a la radiofrecuencia de algunas otras modalidades que pueden desencadenar una pigmentación no deseada en ciertos tipos de piel. Sin embargo, la actividad interna y la inflamación causadas por un procedimiento de tensado de la piel con radiofrecuencia, por ejemplo, pueden aumentar la sensibilidad de la piel a los desencadenantes de hiperpigmentación como el sol. Es recomendable evitar el sol durante hasta dos semanas después de un tratamiento de radiofrecuencia.

*Siempre consulte a su médico antes de someterse a este procedimient